Es cierto que cuando hablamos del marketing tenemos cierta tendencia a nombrar los casos de éxito, en cambio, solemos hablar poco o nada de los fracasos que se han quedado por el camino (¡y en los errores es donde más se aprende!).
En el Museo del Fracaso de Los Ángeles se encuentran más de cien productos y servicios que fracasaron en el camino, los cuales brindan a los visitantes una experiencia de aprendizaje sobre el importante papel del fracaso para la innovación. Entre las piezas se encuentran desde productos alimenticios hasta gadgets tecnológicos.
La innovación no es sinónimo de éxito e implica asumir grandes riesgos que pueden resultar muy beneficiosos para las empresas o completamente desastrosos, como es el caso. Además, en el Museo del Fracaso de Los Ángeles, fracasos de grandes marcas que en su día apostaron fuerte por productos que, a priori, tenían todos los ingredientes para ser un éxito, pero que por unos u otros motivos terminaron en desastre.
El hecho de que el visitante del Museo del Fracaso pueda ver de cerca cómo las empresas más reputadas hoy en día también fracasaron en algún momento de su trayectoria, les supone cierta tranquilidad, porque sienten que, aunque ellos también fracasen en sus nuevos proyectos, simplemente están a un paso más cerca del éxito. Lo realmente importante es no arrojar nunca la toalla.
Los visitantes también pueden liberarse al admitir sus propios fallos dejando Post-It en la pared o revelándolos en una cabina de confesión de fracasos.
Productos destacados del Museo del Fracaso
1. Comida congelada Colgate
Estos productos se lanzaron en 1982 bajo el nombre de Colgate Kitchen Enteers. Como podrás hacerte a la idea, no tuvieron éxito, ya que el consumidor asociaba el sabor de los productos de higiene bucal con la comida.
¿Tú la hubieras comprado? Desde luego, si eres conocedor de la marca ‘Colgate’, no te parecerá nada apetecible.
2. McDonald’s Arch Deluxe
En 1995 esta famosa cadena de comida rápida decidió enfocarse en el público adulto, que hasta entonces tenía completamente olvidado. Incluyó en su menú una hamburguesa de calidad superior que tenía bacón ahumado, tomate, queso, cebolla, salsa especial y doble de carne.
El producto tenía un precio superior comparado con el resto de los que componían su carta. La inversión en publicidad fue millonaria y supuso grandes pérdidas, por lo que pocos meses después de su llegada decidieron retirarla. ¿Qué podemos extraer como aprendizaje? Que aunque nuestro público se componga de varios segmentos de edad, no significa que un producto enfocado a un segmento concreto vaya a funcionar.
3. Las Google Glass
Llegaron al mercado en 2013, tratándose así de unas gafas de realidad aumentada con control de voz, una pequeña pantalla y una cámara. Su precio rondaba los 1.400 euros.
Las gafas no estuvieron libres de críticas y las personas se quejaban de que la cámara de los usuarios de las Google Glass violaba su privacidad. En 2019 se llevó a cabo la retirada del producto, pero es cierto que el proyecto no se ha dado por muerto y posiblemente en unos años resurja de forma renovada.
4. Nokia N-Gage
Fue una apuesta arriesgada que la marca de telefonía móvil decidió hacer en el año 2003. La idea era que los dispositivos móviles y los videojuegos portátiles fuesen uno solo. Desde luego que la idea iba bien encaminada, de hecho hoy en día nuestros Smartphones son así, pero si echamos la vista atrás posiblemente la sociedad de aquel entonces no estuviera preparada para tanta evolución.
5. Bálsamo labial de Cheetos
La empresa de aperitivos decidió sacar en el año 2005 este producto. Lo curioso de este bálsamo es que era un producto labial con sabor a queso y de color naranja. Por mucho que te gusten los cheetos, este original bálsamo demostró que a nadie le gusta llevar los labios con un naranja tan llamativo o con olor a comida.
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